La soledad en los procesos de cambio.

“El cambio siempre comienza desde dentro, y a menudo lo que encuentras al principio es soledad.” 

  Brené Brown

 

Los procesos de cambio, ya sean personales o laborales, son momentos transformadores, pero también pueden ser profundamente solitarios. Cuando decidimos cambiar algo significativo en nuestra vida, nos enfrentamos no solo a nuestros propios miedos e incertidumbres, sino también a las reacciones de las personas que nos rodean. En lugar de recibir el apoyo incondicional que nos gustaría, muchas veces encontramos incomprensión, juicios o incluso resistencia de parte de nuestro entorno. Esta sensación de estar solos en este proceso puede hacernos preguntarnos si el cambio que deseamos es el más acertado.

¿Por qué nos sentimos solos cuando intentamos cambiar?

Una de las razones principales por las que experimentamos soledad durante el cambio es la falta de comprensión por parte de las personas cercanas. Cuando alguien está acostumbrado a vernos de cierta manera, nuestras decisiones de cambio pueden parecerles extrañas, desconcertantes o incluso amenazadoras. Esta incomprensión suele manifestarse a través de comentarios o consejos que, aunque bien intencionados, no ayudan. Frases como “No creo que eso sea para ti”, “Estás bien cómo estás” o “No veo la necesidad de que cambies” pueden hacernos sentir que no estamos siendo apoyados, y que nuestras necesidades no son vistas ni valoradas.

Pero, ¿qué motivo tienen las personas que nos quieren para decirnos esto?

En mi experiencia, he observado que no es porque tengan malas intenciones, sino porque les cuesta entender la necesidad de cambio que tú sientes. Puede que ellos vean tu vida desde una perspectiva distinta, y lo que para ti es una evolución, para ellos puede parecer innecesario o incluso arriesgado. No están viendo el camino que tú ves.

Hay algo más que ocurre cuando comienzas a cambiar, y es que, a veces, quienes te rodean se sienten amenazados por tu proceso. El cambio en tu vida puede afectar la relación que ellos tienen contigo. Si tú cambias, puede que la dinámica que tenían contigo ya no sea la misma, o que sus propios miedos y dudas salgan a la luz. Cuando empezamos a realizar cambios importantes, como adoptar nuevos hábitos, cambiar de trabajo, o iniciar un proyecto que refleja nuestras verdaderas aspiraciones, las personas cercanas pueden sentir que ya no encajan en esa nueva versión de ti. Esto puede generar en ellos miedo a perderte, a que ya no necesites de su compañía o apoyo como antes. Y, a la vez, tú también puedes sentir que ciertas personas ya no encajan en tu vida, lo que genera el miedo a quedarte sola y, en algunos casos, puede llegar a paralizarte.

Este miedo puede llevar a que las personas reaccionen de manera defensiva. Sin quererlo, podrían intentar disuadirte o cuestionar tus decisiones para evitar que sigas adelante. Comentarios como “¿Estás seguro de que quieres hacer esto?” o “No creo que te vaya bien en esa dirección” suelen ser señales de ese temor. Y aunque esto no nace de la malicia, sino del miedo a perder la relación tal como la conocen, puede hacer que te sientas aún más solo en tu proceso de transformación.

Sin embargo, no es el mundo exterior quien nos pone los mayores obstáculos; muchas veces, somos nosotros mismos quienes nos creamos las mayores dificultades.

En los procesos de cambio, nos encontramos con las creencias limitantes que hemos heredado de nuestro entorno. Estas creencias, muchas veces, no son nuestras, pero las hemos adoptado porque nos criamos o nos movemos en entornos que las fomentan. Cosas como “No puedes hacerlo” o “Así están las cosas y no se pueden cambiar” suelen estar arraigadas en nuestra mente debido a lo que nos han enseñado a lo largo de nuestra vida. Estas creencias, que hemos hecho nuestras sin siquiera cuestionarlas, pueden bloquear nuestro avance y hacernos sentir atrapados en un entorno que no nos apoya.

Debo admitir que el coaching ha sido fundamental en mi proceso de cambio; me ayuda a desbloquear esas creencias limitantes que a menudo encuentro en mi camino y que me alejan de la persona que deseo ser.

Hacerme las preguntas adecuadas para cuestionar mis creencias, comprender el punto de vista de los demás, observar las situaciones desde diferentes perspectivas, y crear un plan de acción estructurado, analizando cada circunstancia y trazando un camino a mi propio ritmo y alineado con mis valores, fueron claves en mi proceso de cambio.

¿ Como puedes hacerlo?

Puedes empezar por preguntarte ¿Qué estás creyendo sobre ti mismo que te impide avanzar? o ¿De quién es realmente la voz que escuchas cuando dudas? Estas preguntas te permiten separar lo que realmente es tuyo de lo que te ha sido impuesto por el entorno. Así, puedes identificar qué creencias están bloqueando tu avance y comenzar a desafiarlas.

La gestión emocional también es importante en estos casos. Cuando tu entorno reacciona con miedo o incomprensión, es clave intentar no tomar esas reacciones de manera personal. Esto te permite entender que, aunque las personas intenten detenerte, lo hacen desde su propio miedo y no con la intención de dañarte. Con esta nueva perspectiva, puedes establecer límites claros, comunicar tus necesidades de forma asertiva y continuar con tu proceso de cambio sin permitir que los miedos de los demás te frenen.

Finalmente, para mi es imprescindible  crear un plan de acción concreto. No se trata de hacer grandes saltos al vacío, sino de dar pequeños pasos que te permitan avanzar sin sentirte abrumado. Al crear un plan paso a paso, puedes avanzar de manera segura, sabiendo que tienes una guía clara hacia tus objetivos.

El cambio puede ser solitario, pero no tiene por qué serlo siempre. Con las herramientas adecuadas, puedes aprender a gestionar tanto tus propios miedos como las reacciones de tu entorno, y avanzar con confianza hacia la vida que deseas.

Y cuando te sientas desanimada y pienses en lo complicado que puede ser transitar por los cambios, quizás te sirva recordar esta frase de Robin Sharma: “El cambio es difícil al principio, desordenado en el medio y glorioso al final”.

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