No todos lo entenderán.

“No te conviertas en el esclavo de tu pasado; conviértete en el arquitecto de tu futuro.” 

Robin Sharma

 

¿Y ahora eres coach?

Esta es la pregunta a la que más me he enfrentado en los últimos tiempos.

Después de  más dieciséis años dedicándome a una misma profesión, ahora me enfrento a preguntas incrédulas sobre mi cambio.

¡Como si fuéramos una sola cosa!

¡Como si no pudiéramos cambiar!

¡Como si yo fuera mi profesión!

Siendo tan solo una adolescente, te exigen que tomes una decisión sobre tu futuro. Si eres responsable, elegirás la que “tenga salidas” para poder dedicarte a esa profesión el resto de tu vida.

Estudia y busca una buena empresa en la que te dejen fija, busca un buen trabajo y no dependas nunca de nadie. Eso me decían.

Grandes frases que con los años he descubierto, que pesaban como una losa, que estaban muy arraigadas en mis creencias y que impedían mi crecimiento.

Construí mi vida alrededor de una profesión, estudié una carrera, un máster y busqué trabajo ¨ de lo mío ̈, es decir, dentro del campo de la carrera que estudié.

Cuando construyes tu identidad alrededor de una profesión, se hace muy difícil que te plantees cambiar, aunque estés hasta las orejas de estrés y llores cada día antes de irte a trabajar, porque te parece la mayor tortura a la que te pueden someter.

Desde fuera todos ven a alguien que tiene un buen trabajo, fijo, en una buena empresa. Si osas decir algo malo, ya vendrán a decirte que tú no puedes quejarte, que has tenido suerte.

Porque sí, al trabajo duro y el esfuerzo le llaman suerte y la queja está prohibida porque otros están peor que tú.

El problema es que  ya no solo se trata de cambiar de trabajo, se trata de cambiar quién crees que eres y cómo te presentas ante el mundo.

Te toca explicarte a ti misma que ya no eres esa persona que creías.

Cuando indagas un poco, te das cuenta de que eres mucho más que tu profesión, pero te cuesta asimilarlo y ya no hablemos de cómo se lo vas a contar a los demás. ¿Cómo le dices al mundo que después de más de 20 años encaminando tu vida a un sector, resulta que ya no quieres ir por ahí? Que ya no te gusta lo que haces, que cambiaste, que te convertiste en otra persona.

Te enfrentas a un cambio de identidad, porque desgraciadamente confundimos lo que somos con lo que hacemos.

Y somos mucho más que a lo que nos dedicamos. Somos mucho más que lo que en la adolescencia decidimos estudiar.

Si para ti es difícil entenderlo, imagina que lo entiendan los demás.

Pero, ¿cómo afrontar este tipo de comentarios?

Las preguntas no siempre serán amables, a veces te preguntarán desde el genuino interés, otras lo harán desde el simple cotilleo, otras estarán llenas de juicios.

Responder como si la pregunta viniera desde la más absoluta curiosidad y no desde el juicio, ha sido mi estrategia para que no me afecte la opinión de otros y he conseguido que no me molesten demasiado.

No busco la aprobación de los demás ni intento convencerlos; simplemente, comparto mi experiencia desde la autenticidad y la convicción en mis elecciones.

Ya no paralizan mi crecimiento ni me hacen plantearme si estoy en el camino correcto porque estoy siendo coherente conmigo misma y con lo que siento, trabajando en lo que quiero, haciendo cambios desde la seguridad, desde el creerme capaz, desde la confianza en mí misma y no dejándome paralizar por el miedo, las creencias limitantes ni por lo que dirán los demás.

Después de transitar todo este conflicto interior y reflexionar sobre este proceso de cambio, me doy cuenta de que somos mucho más que la suma de nuestras funciones laborales y las elecciones que hicimos en la adolescencia.

Este viaje interior no solo implica explicarnos a nosotros mismos quiénes somos ahora, sino también comunicar al mundo que nuestra esencia va más allá de las etiquetas.

Cambiar no es solo modificar el rumbo laboral, sino atreverse a cuestionar quiénes somos ahora.

Hay una frase de Karen Salmansohn que me gusta mucho que dice: "No temas al cambio. Quizás sea la única constante en la vida que puede llevarte a la verdadera felicidad." Y aunque decirlo suene mucho más fácil que hacerlo, creo que merece la pena atreverse.

Cambiar es un proceso profundo de autodescubrimiento. Así que, si algo de todo esto te resuena, te pregunto a ti, ¿te has permitido cuestionar y redefinir quién eres más allá de tu carrera? ¿Qué descubrimientos te esperan en ese viaje de exploración interior?

 

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